martes, 12 de octubre de 2010

Suerte

Siempre me consideré una persona con suerte. Aunque mucha gente no cree en ella, me gusta pensar que yo sí. No suelo decirlo en voz alta, no sea cosa de que la suerte se escape, pero tiendo a dejarme llevar por el destino y no dar por sentado las cosas.
Cuando mis amigas dicen: "¡Me fue re bien! ¡Seguro me saco 9!" Yo sonrío y dejo que la cosa fluya... Cuando ellas se sacan 5 y yo 9, es cuando esa malévola sonrisa de complacencia se asoma por la comisura de mis labios... Buahaha.
Bueno, dejando de lado mi psicótica y bipolar personalidad, lo que realmente quiero decir es que siento que ultimamente estoy perdiendo esa suerte especial y dulce que tanto me cuidaba.
El primero de mis indicios es que estoy llegando tarde a todos lados. ¿Qué tiene ésto de anormal? Soy la persona más puntual que conozco, o al menos lo era. Siempre el tiempo me rendía para todo, ahora no; y aunque es posible que me esté "desestructurando", también puede ser que alguien me esté robando la suerte...
Estuve investigando, haciendo averiguaciones... pero no, a todo el mundo le va mal en los exámenes y nadie tiene una suerte remarcable, así que probablemente sólo esté exagerando y mi suerte se haya tomado un descansito.
Pero no me voy a dar por vencida, no, no, todo lo contrario, pretendo llegar al fondo de esta incógnita tan pronto como sea posible! (¡¡¡Espero que sea antes de que termine al año, no vaya a ser que me lleve materias!!! ¡Eso sólo significaría el fin de mi vida social, personal y bloggera para siempreeeee!).
Coff, coff, peeeeero, prosiguiendo y dando por terminado lo que estaba diciendo, tengo otro indicio que me hizo darme cuenta de que algo me faltaba. La semana pasada, mientras volvía del colegio en colectivo, pasé por debajo de un puente. Resulta, que justo el semáforo cambió a rojo y todo el colectivo quedó bajo el puente, excepto la parte posterior, donde yo me encontraba sentada y feliz de la vida. Daba la "casualidad" que el tren pasó por arriba de todo el colectivo (menos donde estaba yo), y según tengo entendido, si un tren te pasa por encima, hay que pedir dos o tres deseos. No es que crea en esas cosas, pero en ese momento sentí que esa suerte que siempre me acompañaba, se había ido. O mejor dicho, estaba presente, distante y alejada, observándome, viendo cómo cojones me las iba a arreglar para sobrevivir sin ella.
Y repito, puede que esté exagerando, pero también puede que no.

domingo, 10 de octubre de 2010

The return

Después de una pausa de más de dos meses, vuelvo con noticias e ideas renovadas. Primero que nada: PERDÓN por no haber contestado comentarios anteriores y haber estado ausente por tanto tiempo, disculpen, pero muchas cosas han pasado y ya van a haber entradas para contarlo. Lo principal es que el 18 de agosto cumplí 15 años. La pasé muy lindo, besos y abrazos para todos, muchos regalos, bueno, lo de siempre, sólo que con ese tono especial característico de los quince años.
Es algo extraño que lo haya festejado, teniendo en cuenta que nunca me gustó festejar mi cumpleaños, ni cantarlo, ni soplar las velitas, ni nada, siempre terminaba llorando. Y Créanme cuando les digo que después de lo que pasó este pasado Agosto, nunca vuelvo a festejar nada, jamás. Pero bueno, como ya dije antes, va a ver tiempo para explicarlo todo.
Por ahora lo único que tengo para decir es:
"LA CUERVITA IS BACK, ONCE AND FOR ALL"